Escrito por: Nut. Paula Bello, Fundadora BeFunkey.
Este término se usa cuando una niña o niño no quiere variar mucho su alimentación. Por lo general aparece entre la edad de los 3 a 5 años, ya que es un periodo en donde el crecimiento no es tan acelerado y el apetito de l@s niñ@s no es tan grande.
También es cuando se empiezan a desarrollar preferencias por ciertos sabores y alimentos. Lo que de bebé le gustaba probablemente le deje de gustar y solo quiera comer 2 tipos de comida en todo el día o le da flojera comer porque no quiere masticar.
Por favor trata de no frustrarte y engancharte con tu hij@ porque es una conducta común y es sólo por un periodo de tiempo. Si tu hij@ ve que esto es motivo de tu total atención se puede aferrar un poco más a esta etapa.
Entonces como padre/madre lo que puedes hacer es darle más variedad de comida saludable, que tu hij@ vea como te la comes y si el/ella decide dejarla en el plato NO le des importancia, con el tiempo va a ver que no te afecta y va a empezar a comer.
Mientras pasa esta etapa te vamos a dar nuestros 9 consejos para sobrellevarla:
1. No hagas ¨comida para niños y comida para adultos¨:
Te recomendamos comer en familia y servir en platones. A partir del 1º año de edad tu hij@ se puede incorporar perfectamente a la alimentación del resto de la familia. Por lo que haz solo un tipo de comida, tu hij@ se va a acostumbrar a comer lo que hay, que escoja la cantidad que quiere y aquí es muy importante que el adulto predique con el ejemplo. Si tu hij@ ve que todos comen de todo aprenderá a hacer eso. No hagas hincapié en qué debe de comer, si no quiere probar el platillo que no lo haga y le ofreces otro de los platillos que se prepararon para toda la familia. Si decide que no quiere, deja el platón enfrente y tarde o temprano tu hij@ se servirá.
2. Evita la guerra a la hora de comer:
Si tu hij@ se rehúsa a comer y dice que no tiene hambre, NO lo obligues. Es importante que l@s niñ@s aprendan a distinguir si están llen@s o tienen hambre. En esta etapa l@s niñ@s pueden comer menos en cantidad porque tuvieron un gran desayuno o colación y puede ser que no les interese comer el resto del día. Si no tiene hambre a la hora de la comida, no pasa nada. Es nuestra responsabilidad ofrecerle el alimento, pero es su decisión comerla. Presionar a l@s hij@s para que coman sólo los hará enojar y no vas a ganar nada.
3. NO premiar o castigar los alimentos:
No amenaces o sentencies a tu hij@ a que coma algo que no quiere. Es importante que la comida no tenga una emoción ligada, que la comida sólo sea para alimentarse y que la falta de hambre no esté ligada a un tipo sentimiento o comportamiento.
4. Intenta una y 20 veces si es necesario:
Solo porque tu hij@ no quiere comer ese alimento no te des por vencid@. Para saber si un alimento te gusta o no tienes que haberlo probado en diferentes preparaciones y presentaciones por lo menos 21 veces. Si tu hij@ no quiere comer porque no tiene hambre entonces tienes que ajustar bien los horarios o la cantidad de comida que le das para que si tenga hambre en todas las comidas del día.
5. Variedad y creatividad en la presentación de los alimentos:
Si tu hij@ solo quiere un tipo de alimento no te des por vencido. Prueba diferentes preparaciones, usa especias/condimentos que le ayuden a aceptar mejor el alimento, sé creativ@ en la comida y ayúdale a que experimente diferentes sabores, colores y texturas en su comida. Si siempre come lo mismo se va a aburrir, en cambio cuando le presentas el plato con diferentes colores, olores y sabores puede que se interese un poco más en probar, recuerda “El amor entra por los ojos”.
6. Inclúyelos en la preparación de los alimentos:
Que tu hij@ sea parte de la experiencia en la preparación del alimento. Si todavía es muy pequeñ@ para que se ponga a picar y cocinar puedes empezar a pedirle que te ayude a contar, a acomodar el alimento en la olla, que ¨pinte¨ el alimento con la salsa que tengas que marinar o que te dé ideas de como picar el alimento, platica sobre lo que se está cocinando.
7. Acuerdos:
Una vez que tu hij@ haya aceptado un nuevo alimento, te recomendamos darle más alimentos del mismo color, sabor o textura para que expanda su variedad.
8. Hablar sobre los beneficios del alimento:
Aquí puedes enseñarle a tu hij@ el porqué le das ese alimento. Por ejemplo: “el color naranja te ayuda a que puedas ver mejor en la obscuridad”, en lugar de “la zanahoria te hará saltar como conejo”. Habla más de la función que tiene el alimento en su cuerpo para que lo vea como algo que lo va a nutrir, NO exageres, no le digas que tendrá súper poderes si se come lo verde….
9. Combina alimento nuevo con conocido:
Trata de servirle comida que no les es familiar o sabores que por lo general son muy fuertes (amargo o ácido) con alimentos que le son más familiares a su paladar (dulce o salado). Por ejemplo, mezcla brócoli con una salsa de queso, manzana verde con crema de almendra. Son combinaciones de sabores muy diferentes que pueden activar las papilas gustativas de tu hij@ y mantenerl@ emocionad@ con la combinación de los alimentos.
Si después de esto te sigue preocupando la alimentación de tu hij@, acércate con un especialista para ver si tu hij@ está recibiendo los nutrientes necesarios para su crecimiento.
Recuerda que sólo es una fase en su crecimiento y que va a pasar. El chiste es tener la paciencia y la creatividad para que esta etapa sea llevadera.
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